Rocío Molina mezcla y juega con recursos de la danza clásica, el flamenco, el baile moderno o formas teatrales como el butoh japonés o la comedia en un infinito abanico de influencias, inspiraciones y propuestas. Una charla que, como ella, es diferente a todo, y que demuestra que una idea puede ser bailada, taconeada o recitada si se hace con alma, inteligencia y honestidad. Coreógrafa y bailaora iconoclasta, Rocío Molina (Málaga, 1984) ha acuñado un lenguaje propio cimentado en la tradición reinventada de un flamenco que respeta sus esencias y se abraza a las vanguardias. Premio Nacional de Danza en el año 2010, artista asociada del Teatro Nacional de Chaillot en Paris desde 2014, Premio Max 2017 (Mejor interprete de danza; Mejor coreografía para Caída del Cielo), y 2015 (mejor coreografía por Bosque Ardora), Premio especial de los Dance National British Awards en 2016, Molina es una de las artistas españolas con mayor proyección internacional.
Sus piezas (Entre paredes, El eterno retorno, Turquesa como e